¿Sientes las piernas pesadas y doloridas? ¿Pasas muchas horas trabajando de pie o sentada? Quizá te ocurre lo mismo que a millones de personas que tienen insuficiencia venosa crónica (IVC). Sigue estos consejos, te aliviarán, e impedirán que este trastorno llegue a ser más serio.
Es un problema muy habitual y existen varios síntomas evidentes que indican insuficiencia venosa: inflamación, aunque sea ligera; si al presionar con un dedo persiste la huella durante unos minutos; cuando los zapatos o las medias dejan marca…
Pero, además, la hinchazón suele ir acompañada de cansancio y pesadez de piernas, calambres nocturnos, hormigueo, picor y escozor, edema, várices, etc.
¿Por qué se produce?
Las piernas son la parte de nuestro cuerpo que mejor detecta cualquier problema circulatorio. La sangre sale del corazón y recorre todo el organismo gracias a las arterias, para luego emprender el retorno al corazón a través de las venas. Retorno que se vuelve más complicado porque se hace en contra de la ley de la gravedad, es decir, en sentido ascendente.
Y si además las venas no tienen la suficiente fuerza para bombear y el retorno es deficiente, la sangre no sube de forma continuada, se acumula y entonces se produce la inflamación, que provoca la sensación de pesadez en las piernas.
Pero lo peor es que estos problemas circulatorios se agudizan cuando más calor hace. El calor es el enemigo por excelencia de los problemas vasculares, porque dilata los capilares, ralentizando aún más la circulación deficiente.
Qué no debes hacer
- Consumir demasiada sal. El volumen sanguíneo aumenta si hay exceso de sodio en el cuerpo.
- Exponerte al calor. Las altas temperaturas ensanchan las venas y dificultan la circulación. Nada de agua ni cera caliente, braseros, radiadores… Cuidado con las exposiciones al sol muy prolongadas en la playa.
- Descuidarte durante el embarazo, sobre todo en el último trimestre, porque aumenta el volumen de flujo sanguíneo.
- Tomar anticonceptivos con alto nivel de estrógenos. Producen retención de líquidos y deben tomarse siempre bajo prescripción médica.
- Utilizar ropa muy ajustada, que oprima, como medias o calcetines de media pierna, fajas…
- Elevar las piernas: al ver la televisión, leer o dormir, colócate cojines bajo los pies. Descansarás las piernas y facilitarás la circulación.
- Intenta caminar todos los días a paso ligero al menos durante media hora, o practica deportes como el ciclismo, el footing o la natación.
- En la ducha date masajes aplicándote el chorro de agua (mejor fría o alternándola con agua templada), en sentido ascendente y circular desde los pies a las ingles. Termina con un chorro frío para activar la circulación.
- Al estar sentada, no cruces las piernas y mantenlas un poco elevadas. Muévelas de vez en cuando y, si puedes, levántate cada dos horas y camina.
- Vístete cómoda y cuida el calzado que no oprima el pie. No abuses de los tacones de más de 4 cm.
- Usa medias de compresión, que favorecen el retorno de la sangre al corazón. En farmacias y ortopedias te indicarán cuáles son las más indicadas para ti.
- Antes de irte a dormir camina alternativamente de puntillas y de talones durante unos minutos.
Qué alimentos debes tomar
- Consume pan sin sal y bebe agua con bajo contenido en sodio. Ingerimos más del doble de sal de lo normal.
- Toma a diario mucha fruta y verdura fresca. Contienen potasio, que neutraliza el exceso de sodio.
- Las verduras más indicadas son: apio, espárragos, alcachofa, berenjena, calabaza, calabacín, tomate y pepino. Entre las frutas, piña, manzana, pera, naranja y kiwi.
- Evita los alimentos curados en sal o en conserva, y las salsas comerciales.
- Bebe al menos dos litros de líquido al día: agua, infusiones, jugos, sopas…
Soluciones que calman y refrescan
Cuando notes que tus piernas están cansadas te recomendamos el uso de cremas o geles defatigantes, que te ayudarán a aliviar la sensación de pesadez y cansancio en las piernas. Estos productos contienen principios activos a base de extractos vegetales (Castaño de las India, ginko biloba, algas marinas, etc.) capaces de estimular la circulación.
Aplícalos con un masaje suave y ascendente, siempre de abajo hacia arriba, del tobillo al muslo e inmediatamente notarás alivio y frescor. Si quieres potenciar su efecto frío, guárdalos en la nevera.
También hay aparatos que, ya sea mediante vibración o electro estimulación, pueden ayudar a reducir las molestias.
La corriente galvánica puede ser muy beneficiosa para estimular la circulación y purificar, refrescar e hidratar la piel de tus piernas. Puede causar estímulos físicos generando una mejor circulación sanguínea y un mejor movimiento de fluidos. Aumenta la circulación sanguínea y ayuda a eliminar las toxinas, permitiendo que las células de la piel tengan una mejor absorción.
Anteriormente los tratamientos con corriente galvánica sólo podían hacerse en establecimientos especializados, pero ahora existen dispositivos que te permiten prácticamente tener un Spa en tu propia casa sin los elevados costos y tiempo necesario para un tratamiento.
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